Ha sido interesante desde el punto de vista práctico observar cómo en el año 2020 y lo que va del 2021, algunas organizaciones que han estado al límite de sus capacidades han logrado impulsar la sinergia, la transformación positiva y la cohesión de sus equipos.
Evidentemente la situación no ha sido fácil: presión sobre la operación, procesos detenidos, personal ausente por enfermedad o cuarentena, falta de liquidez, personas colapsadas emocionalmente, dificultades tecnológicas en el teletrabajo, y muchos más retos.
Sin embargo, algunas de las empresas a las que servimos con consultoría han tenido un mejor desempeño profesional durante la crisis. Los líderes que han utilizado la comunicación, el acompañamiento, y la mirada llena de esperanza en tiempos mejores, han logrado desarrollar y refrescar sus culturas organizacionales en torno a valores y resiliencia. Evidentemente el “modo crisis” no puede sostenerse de manera indefinida, y muchos protocolos, procedimientos y formas de trabajar han tenido que ser ajustados. Ahora bien, ¿“cómo mantener el impulso, la cohesión, y la nueva dinámica de enfoque en resultados?”.
La clave es mantener la “adaptabilidad” y seguir reforzando los niveles de colaboración para sobrevivir a largo plazo y hacer frente a nuevas situaciones de desequilibrio financiero, tecnológico, ambiental o relacionados con la salud. Sabemos que parte del secreto de las organizaciones de alto desempeño es la colaboración, donde las visiones individuales se convierten en una visión compartida y donde el resultado final es mayor que la suma de los aportes individuales.
Dos áreas que han demostrado adaptabilidad y colaboración son tecnología y marketing. Los cambios en estas áreas han sido gigantes: los equipos han comprendido la trascendencia de la renovación y la importancia de adoptar nuevas prácticas para el futuro no sólo de la organización sino de las personas. Y como estos cambios no son fáciles, es mejor hacerlo juntos, que hacerlo solos.
Basados en nuestra experiencia y la observación de líderes que han sido hábiles para crear las condiciones correctas, entendemos que estos son algunos de los comportamientos clave:
- Visión y propósito: en un entorno complejo e incierto como el que vivimos en el 2020, uno de los elementos más importantes es brindar al equipo algo de seguridad y una clara visión de dirección. En la medida que todos entendemos cuán importante es nuestra contribución para mantener el “barco a flote y llevarlo a puerto seguro”, estaremos más dispuestos y comprometidos. Para eso es indispensable diseñar una estrategia con objetivos, prioridades, reglas y límites, compartirla con los líderes y brindar retroalimentación constante.
- Liderazgo y trabajo en torno a procesos y resultados esperados: crear equipos de personas en muchos casos con perfiles diferentes les permite complementar competencias y aumenta su capacidad para resolver problemas o crear oportunidades. Los colaboradores deben ser flexibles, diversos y multifuncionales para poder agruparse y reagruparse sin problemas en respuesta a nuevas tareas.
- Espacios de encuentro y comunicación: el distanciamiento físico y el reto del teletrabajo generaron en algunos casos menos interacciones directas, menos conversaciones y menos encuentros. Es importante crear oportunidades tanto planificadas como aleatorias, presenciales y virtuales, para que los colaboradores puedan intercambiar ideas y experiencias.
- Visibilidad del progreso: la comunicación y el marketing interno es esencial para hacer “visibles” tanto las iniciativas, las ideas y las propuestas, como los resultados concretos que se obtienen. Una cultura de resultados se refuerza con la celebración de cada pequeña victoria.
Estos principios pueden ayudar a los líderes a mantener el “momentum” generado por la crisis y crear una organización que sea capaz de aprender de abajo hacia arriba, utilizando el conocimiento y la experiencia de todos sus colaboradores. El enfoque principal de los líderes debe estar en facilitar el entorno y crear las condiciones adecuadas. Los que confian en sus equipos, empoderan, y proporcionan los recursos y las capacitaciones adecuadas, obtendrán soluciones poderosas e innovadoras para hacer frente a futuros desafíos.
Sharon Manno