La circularidad representa un enfoque estratégico para el sector del turismo, especialmente desde el punto de vista de minimizar sus impactos ambientales, incluidos los desechos y la contaminación, así como las emisiones de CO2, dado el potencial de una economía circular para desvincular el crecimiento económico del uso de los recursos.
La crisis del COVID-19 generó conciencia sobre la importancia de las cadenas de suministro locales y la necesidad de repensar cómo se producen y consumen los bienes y servicios, ambos elementos clave de una economía circular.
Para las empresas turísticas, la economía circular puede aportar competitividad, no solo en relación con las oportunidades de innovación, diferenciación y diversificación de los flujos de ingresos, sino también a medida que el gobierno y los inversores están cada vez más atentos a las políticas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).
Para los destinos turísticos: la economía circular ofrece la oportunidad de potenciar los impactos de desarrollo sostenible del turismo, generando bienestar para la población local a través de la creación de nuevos puestos de trabajo y cadenas de valor locales más inclusivas, creando así un círculo virtuoso entre empresas y territorios.
Para los turistas: la economía circular brinda la oportunidad de dejar una huella positiva, viajar con un propósito y puede generar efectos multiplicadores cuando se trata de la transformación de todo el ecosistema turístico a través del cambio de comportamiento.
La extensa y transversal cadena de valor del turismo ofrece numerosas oportunidades para pensar cómo podemos hacer un uso más prolongado, mejor y más circular de los materiales y productos que utilizamos para brindar nuestro servicio, creando valor y asociaciones, y reduciendo los desechos de los vertederos a cero. como sea posible.
La transición exitosa a un modelo de turismo más sostenible y resistente a través de la aplicación de los principios de la economía circular dependerá de la colaboración y las asociaciones públicas y privadas activas, la cooperación intergubernamental, las políticas efectivas y los instrumentos de política y el financiamiento.
Transformando las cadenas de valor alimentarias en el turismo
La producción y el consumo sostenibles de alimentos es una de las palancas más importantes para proteger el planeta y las personas. Para abordar el problema, se ha desarrollado un marco general para la gestión sostenible y circular de los alimentos, con especial énfasis en la prevención del desperdicio de alimentos en el sector del turismo, como “Hoja de ruta global para la reducción del desperdicio de alimentos en el sector del turismo”.
La hoja de ruta se basa en el hecho de que la agricultura es actualmente la principal causa de la pérdida de biodiversidad y desea apoyar a las partes interesadas del turismo para que contribuyan a sistemas alimentarios mundiales más sostenibles.
La circularidad representa un habilitador clave en el marco de la Declaración de Glasgow sobre la Acción Climática en el Turismo, cuyo objetivo es acelerar los esfuerzos de mitigación y adaptación de las partes interesadas del turismo.