¿Por qué aplicar la sostenibilidad en las organizaciones?

Escuela Europea de Gerencia

Este concepto, que parece muy popular últimamente, es un compromiso que todos los miembros de la sociedad deben asumir para garantizar que haya un futuro para las próximas generaciones. Estados, ciudadanía y organizaciones deben trabajar de manera sistemática para lograr un desarrollo económico y social mientras se protege al medio ambiente y se minimiza el impacto negativo de las actuales prácticas de producción y consumo a escala global.

Comencemos por la definición de sostenibilidad hecha en 1987 por la Comisión Mundial sobre el Medioambiente y el Desarrollo de las Naciones Unidas: “Satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones de satisfacer sus necesidades propias”. El reporte presentado en ese momento por esta comisión, titulado “Nuestro futuro común”, planteaba -desde entonces- la necesidad de un programa global para el cambio.

En la actualidad, los diferentes actores de la sociedad cuentan con un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad, aprobado por los Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas en el año 2015, que recibió el nombre de Agenda 2030 Para el Desarrollo Sostenible. 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible acompañan a esta Agenda y toman en cuenta las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, ambiental y social. Estos objetivos son la mejor guía para quienes deseen ayudar a crear un futuro sostenible a través de sus acciones.

El rol de las organizaciones en la sostenibilidad

La sostenibilidad, más que una práctica organizacional, debería internalizarse como una filosofía de gestión de las empresas (y una filosofía de vida). Es preciso comenzar a considerar a este aspecto como parte del plan estratégico de las organizaciones. Las decisiones de los consumidores en la actualidad no se basan solo en los beneficios de un producto o servicio, sino en los valores de las empresas y su compromiso con el bienestar social y ambiental. Una evidencia de esto se aprecia en el reporte Meaningful Brands 2021, en el que, tras una investigación de la agencia global de comunicaciones Havas Creative Group en la que se encuestó a más de 395 mil personas acerca del comportamiento de las organizaciones y su percepción de las marcas, se comprobó que el 73% de los encuestados considera que las marcas deben actuar en pro del planeta y de la sociedad, y el 64% de los consultados afirmó que prefiere comprar a marcas con reputación de propósito. De igual forma, según un artículo publicado en la revista académica Harvard Business Review titulado: “La gran idea. El imperativo de la sostenibilidad”, este tema es considerado como emergente desde hace más de una década en las denominadas “megatrends” o megatendencias del mundo empresarial, que generan grandes ventajas a las organizaciones.

Por supuesto que un beneficio organizacional no debe ser la única razón para considerar el desarrollo sostenible dentro de las empresas, pero puede ser un buen argumento para convencer a quienes lideran las compañías sobre los motivos para trabajar por ese “futuro común” del que se viene hablando desde 1987.

Tener conciencia del impacto social, económico y ambiental de la empresa en su entorno es el primer paso para definir estrategias relacionadas con la sostenibilidad. Desarrollar pequeñas prácticas que dejen una huella positiva en alguna de estas tres dimensiones, asignar responsables para dar seguimiento a esos planes de acción y crear una cultura organizacional en la que se le dé suficiente cobertura a este tema son solo algunas de las recomendaciones para introducir la sostenibilidad a un negocio. Lo importante es dar ese primer paso, en caso de que aún no lo hayan hecho, y demostrar, con acciones, que el desarrollo sostenible es uno de sus principios.


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Diplomado Economía Circular 21 de septiembre 2022

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