Cuando las personas me preguntan por mis certificaciones, estudios o experiencia a la hora de hablar de ciberseguridad de cara a la familia y cómo proteger a los niños en el mundo digital, lejos de mis 25 años en el mundo corporativo de la ciberseguridad, siempre presento mis dos credenciales más relevantes, soy padre de dos hermosos chicos uno de 19 años y otro de tan solo seis. Esto quizás para muchos no es muy relevante, pero desde la perspectiva de padre he desarrollado un interés muy particular en proteger a mis hijos y a los hijos de otros de los peligros del mundo digital.
Cuando Rocco mi hijo mayor fue por primera vez a la escuela recibió de mi parte un curso intensivo anti acoso en la escuela, seis meses antes de comenzar sus primeras clases escolares en un colegio bastante grande, el primer día de clases volvió muy contento comentándome como algunos niños trataron de burlarse de él por alguna razón que ya ni recuerdo y como siguiendo las recomendaciones y entrenamiento de su papá él no hizo más que reírse y no le prestó la menor atención a los intentos de molestarlo, lo que de manera inmediata rompió toda interés de quienes intentaron hacerle “bullying”.
Yo por supuesto, estaba más que feliz de haber “preparado a mi hijo” ante una posible situación que sabía que en algún momento podía pasar, lo que nunca me imaginé fue que sucediera en el primer día de clases.
En ese entonces los chicos de su edad estamos hablando de unos 7 años aproximadamente ni soñaban con tener un teléfono celular y su aproximación más cercana al mundo digital eran los videojuegos, en los cuales la única preocupación para proteger a los niños era controlar los tiempos de uso y de que tan cerca se sentaban delante del televisor, extraña recomendación heredada de mis propios padres que aseguraban podría dañar la visión ocasionando ceguera.
Mucho ha cambiado desde entonces y ahora lo que una vez comenzó como un acoso en el colegio, ahora trasciende a las aulas y se traslada al mundo digital en múltiples y complejos escenarios tan diversos como plataformas, redes sociales y aplicaciones que existen en el ciberespacio, sin hablar de todos los nuevos actores (atacantes) y modalidades de acoso que ahora existen y que van cambiando con la misma velocidad con la que cambian las tecnologías.
Cuando veo a un niño pequeño al que se le entrega un dispositivo sin importar su tipo, ya sea un teléfono inteligente, una tableta o un computador y este comienza a interactuar solo conectado al internet sin la menor supervisión, acompañamiento y control por parte de sus padres o adulto responsable, sumergiéndose prácticamente en un estado catatónico como hipnotizado y desconectado de su entorno. Esto es igual, me lo imagino a modo de analogía, a dejar a ese mismo niño sin compañía, en el centro de una ciudad cualquiera que sea, al medio día y decirle que pasarías por él al anochecer.
Los padres no tienen la menor idea de los riesgos y peligros a los que están expuestos sus hijos que están presentes en este creciente mundo digital, como siempre digo: “en la internet podemos encontrar lo peor y lo mejor del ser humano”, y es allí donde cada día más nuestros hijos viven, interactúan, se relacionan, estudian, socializan sin el debido control o peor aún sin una adecuada “mediación parental”.
Son muchas las amenazas y peligros que existen en la Internet, entendiendo que detrás de una pantalla o un teléfono inteligente siempre hay “otra persona”, tenemos al “grooming” o engaño pederasta que consiste en la manipulación o abuso sexual en línea por parte de un adulto hacia un niño o niña, cuando este se hace pasar por un amigo o conocido de su misma edad.
Tenemos el ciberacoso que ha salido de la escuela para apoderarse de las redes sociales, juegos en línea, aplicaciones ya que todas estas plataformas buscando mayor interacción de sus usuarios han incorporado nuevas formas de comunicación como chats, llamadas de voz, video llamadas y la peligrosa capacidad de enviar archivos y fotos que no solo puede ser utilizada para enviar contenido inapropiado sino también programas maliciosos como virus, troyanos por mencionar algunos.
Y cómo olvidar el uso excesivo de los dispositivos llegando incluso a niveles de adicción, no en vano la misma OMS (Organización Mundial de la Salud) reconoce el “Trastorno por uso de videojuegos” como una enfermedad mental. Juegos en línea como el Fornite han recibido demandas legales en donde comparan la adicción a este juego similar a la dependencia a la cocaína, argumentando que este juego provoca la producción excesiva de dopamina, un neurotransmisor asociado a la gratificación.
Proteger a los niños en el mundo digital requiere de la mediación parental preferiblemente apoyado en las tecnologías diseñadas especialmente para ello. Acá te presento cuatro claves para un acompañamiento exitoso:
Por las amenazas inimaginables que se pueden encontrar en el mundo digital, es necesario proteger a los niños. Debemos convertirnos en pastores de nuestras ovejas (nuestros hijos), cuidarlos en todo momento, acompañarlos, guiarlos, enseñarles que pastos pueden comer y cuáles no, donde deben tomar agua, estar atentos a los peligros que están a su alrededor.
Es muy importante aplicar el aprendizaje por modelado también llamado aprendizaje vicario o por observación. Básicamente, consiste en predicar a través de la propia conducta. No podemos pedirles a nuestros hijos acciones, comportamiento y conductas que nosotros no modelamos en ellos. Si el uso del teléfono en la mesa a la hora de comer está prohibido, ¿cómo un padre puede pedirle a su hijo que cumpla esta norma si el mismo la rompe o no la cumple?
Al final siempre los niños y adolescentes copian o imitan (modelan) comportamientos y actitudes aprendidos en casa o en su entorno, pero principalmente de sus figuras mas representativas como padres, madres, hermanos, abuelos, maestros, tíos, etc.
Solo a través del amor junto a una comunicación continua y directa en su propio mundo lograremos el objetivo de cuidar y proteger a los niños cuando se adentren en ese mundo digital lleno de cosas maravillosas, pero también plagado de riegos y peligros.
En el mundo digital debemos proteger a los niños, te invito a que asumas responsablemente esta importante tarea.
Juan Carlos Paris Balleza
Panamá; 22 de mar del 2021